Mecanismo de la Adicción a las Drogas en el Cerebro

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La adicción es un desorden neurológico que afecta al sistema de recompensa en el cerebro. En una persona sana, el sistema de recompensa refuerza comportamientos importantes que son esenciales para la supervivencia tales como comer, beber, el comportamiento sexual e interacción social. Por ejemplo, el sistema de recompensa asegura que busques comida cuando tienes hambre, porque sabes que después de comer te sentirás bien. En otras palabras, hace la actividad de comer placentera y memorable, por lo que querrás hacerlo una y otra vez cada vez que sientas hambre. Las drogas de abuso se apropian de este sistema, tornando las necesidades naturales de la persona en necesidad de drogas.

El cerebro consiste en billones de neuronas, o células nerviosas, que se comunican a través de mensajeros químicos, o neurotransmisores. Cuando una neurona es estimulada lo suficiente, un impulso eléctrico llamado potencial de acción es generado y viaja por el axón a la terminal nerviosa. Aquí, desencadena la liberación de un neurotransmisor en la hendidura sináptica – un espacio entre neuronas. El neurotransmisor luego se une a un receptor en una neurona vecina, generando una señal en ella, transmitiendo así la información a esa neurona.

Las principales vías de recompensa involucran la transmisión del neurotransmisor DOPAMINA del área tegmental ventral – el ATV – del mesencéfalo al sistema límbico y la corteza frontal. Participar en actividades agradables genera potenciales de acción en neuronas productoras de dopamina del ATV. Esto causa liberación de dopamina desde las neuronas en el espacio sináptico. Luego esta se une y estimula el receptor de dopamina en la neurona receptora. Se cree que esta estimulación por dopamina produce los sentimientos placenteros o efecto de recompensa. Las moléculas de dopamina después son removidas del espacio sináptico y transportadas de nuevo hacia la neurona transmisora por una proteína especial llamada transportador de dopamina.

La mayoría de las drogas de abuso INCREMENTAN el nivel de dopamina en la vía de recompensa. Algunas drogas como el alcohol, la heroína y nicotina indirectamente excitan a las neuronas productoras de dopamina en el ATV de modo que estas generan más potenciales de acción. La cocaína actúa en la terminal nerviosa. Se une al transportador de dopamina y bloquea la recaptación de dopamina. La metanfetamina – un psicoestimulante – actúa de forma similar a la cocaína en el bloqueo de la remoción de dopamina. Además, esta puede entrar en la neurona, en las vesículas que contienen dopamina donde desencadena la liberación de dopamina incluso en ausencia de potenciales de acción.

Diferentes drogas actúan de forma diferente pero el resultado común es que la dopamina se acumule en la sinapsis en una cantidad mucho MAYOR de lo normal. Esto causa una estimulación continua, tal vez sobreestimulación de las neuronas receptoras y es responsable de una euforia prolongada e intensa que experimentan los usuarios de drogas. Exposiciones repetitivas a oleadas de dopamina causadas por drogas eventualmente desensibilizan el sistema de recompensa. El sistema ya no es sensible a los estímulos cotidianos; La única cosa que es gratificante es la droga. Así es como las drogas cambian las prioridades en la vida de la persona. Después de un tiempo, incluso la droga pierde su habilidad para recompensar y dosis más altas son necesarias para lograr el efecto gratificante. Esto finalmente conduce a una sobredosis.

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